Las categorías de análisis tienen que desarrollarse como un instrumento teórico- metodológico que nos dote de una capacidad explicativa, ligándonos a lo que el objeto como unidad de análisis, experimentó a lo largo de su proceso de fabricación, distribución y uso. Esta concepción nos lleva a la inevitabilidad del estudio económico utilizando unidades de análisis que nos permitan una mayor comprensión de las dinámicas en las que las sociedades del pasado se vieron envueltas.
El camino que hemos escogido se centra en una propuesta metodológica basada en el desarrollo de unas categorías económicas que se hacen eco del dinamismo material de la reproducción de las condiciones sociales. Lo que buscamos es reflejar la ubicación que estas categorías teóricas ocupan en el desarrollo de la reproducción social, es decir, la manera en que se organizan en cuanto a objetos, sujetos a relación. Para posibilitar la explicación de dicha relación creemos necesario el análisis funcional de las propiedades materiales (variables independientes) intrínsecas de los objetos arqueológicos sujetos a estudio, ya que creemos que estas propiedades dan cuenta de ellos como medios de trabajo. A nuestro entender se trata de propiedades objetivas efectivas de una herramienta consideradas por la sociedad en un sentido económico. Las características físicas que estos instrumentos desarrollan en su proceso de producción y de uso (efectividad tecnológica y trazas consecuentes) tienen que ver, a nuestro entender, con las propiedades independientes de las materias. Las trazas consecuentes son observables de forma empírica y tenemos que desarrollar experimentalmente la efectividad para sugerir propuestas o modelos de productividad económica. Estos análisis se tendrán que imbricar a nivel metodológico con las relaciones materiales que los objetos arqueológicos -desde las materias primas hasta los artefactos- adoptan en el espacio y en el tiempo.
La propuesta de un planteamiento metodológico en un proceso de investigación tiene que desarrollarse dentro de un cuadro epistemológico que conciba a nivel teórico los alcances inferenciales para una objetivación de la cosa analizada como un marco límite a los errores de la comprensión. El objetivo metodológico en su caso, no reside en la búsqueda de certezas, sino más bien en aproximaciones probabilísticas que reduzcan las accidentalidades azarosas causadas por nuestra percepción.
El estudio de la industria lítica tiene que ir dirigido a establecer las relaciones materiales que la hicieron posible, en lo que concierne a la distribución locasional técnica o división técnica del trabajo, adoptada por los objetos en el proceso de producción. En este sentido hay que dotarnos de un espectro de cualidades contempladas como variables independientes que nos sirvan para una contrastación entre datos. Los análisis petrográficos para el estudio funcional de la industria lítica van encaminados en ese sentido. La naturaleza petrográfica de un artefacto lítico materializa su capacidad de transformación sobre otras materias y en cada una de las etapas de trabajo en la que participa. De tal manera que, a través del análisis funcional de la industria lítica de los contextos arqueológicos y sus interacciones, queremos indagar sobre los procesos de trabajo implicados en la fabricación de los instrumentos de molienda en Sihó, durante el Clásico Tardío.